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Foto: Snrta Hedonista |
Mi última visita a la MBFW Madrid despertó la curiosidad sobre un tema que no se trata demasiado en la industria y que a mi me parece fundamental. Llevaba varias temporadas intentando descubrir este universo cibelino, pero mi ausencia (como los grandes diseñadores) en las últimas dos temporadas lo había impedido. Está muy bien que la colección salga en prensa, que los blogggers la analicemos en nuestros espacios, que Anne Igartiburu saque tu desfile a las 14:00H en Corazón y que la fila de celebrities fichen prendas que posteriormente lucirán en distintos eventos y fiestas, todo eso da notoriedad y publicidad a la marca pero ¿Y la venta?
Los desfiles deberían de llenarse, en teoría, de compradores que apuesten por una colección y la integren dentro de sus tiendas (ya sean multimarca o grandes superficies) y se genere una industria que haga temblar los cimientos del mismo pabellón 14 de Ifema. Llevo visitando la pasarela madrileña casi desde el inicio de este blog, allá por 2008 y cada vez que entraba en el backstage me llamaba la atención una sala cuyo cartel era "compradores". Siempre que pasaba por su lado, esta sala permanecía vacía y en mi última visita a Ifema he pretendido conocer su funcionamiento. ¿Seguirán colocando el cartel, temporada tras temporada para nada?
Mi tarea no era fácil, es más, conocer cómo funciona la compra de una colección (no solo en el circuito de la MBFW) ha sido casi imposible debido a que los responsables de comunicación no son capaces de responder de forma clara al respecto. Quizás porque son datos privados o quizás porque no interesa dar a conocer a los medios quiénes son sus contactos en el mundo comercial. Aún así, esa sala que siempre estaba cerrada en Ifema seguía inquietándome, podría haber grabado un vídeo a lo Samanta Villar o Adela Úcar, que por cierto andaba por allí, pero lo creía innecesario. ¿Habrá realmente compradores? ¿Podría verlos en el kissing room con un G'vine en la mano? ¿Visitarían a los diseñadores personalmente en sus vestuarios? ¿Los llevaría Cuca Solana de un sitio para otro?
El equipo de comunicación de MBFWM, tras pasearme por las distintas oficinas improvisadas que se instalan en la "cara b" del cibelespacio, respondió a algunas de mis dudas.
Como sabéis, este año el país invitado en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid era Perú. Esto, aunque debería ser así, no aseguró la presencia de empresarios del país interesados en el producto Español. Aún así, la organización invitó a un grupo de compradores Daneses que se han mostrado interesados en algunos diseñadores españoles. Yo realmente no los vi, pero invitados estaban.
La cosa funciona así en España. La organización invita a distintos compradores y ya es terreno de los propios diseñadores el proceso de la negociación. ¿Se habrá cerrado alguna venta durante esta edición?. Eugenia de la Torriente, en una lección a todos los que participan en esta industria nos puso las cartas sobre la mesa con su artículo "Una pasarela que necesita reformularse" y de ella saco un dato que fue un auténtico disparo contra la pasarela madrileña: "Londres recoge pedidos de hasta 120 millones de Euros en los cinco días". Nosotros, por supuesto, hacemos coincidir todas las jornadas con la capital británica.
¿Qué estamos haciendo mal? Este es un debate manido que llevamos planteando muchos años pero por mucho que debatimos, la solución parece una utopía. Busqué mucho más allá de los compradores "acreditados" por la cúpula, como los bloggers (donde he tenido la oportunidad de ser invitado), y además de estos, en la pasarela madrileña cada firma invita a sus compradores potenciales tarea que trabaja su director comercial. Tocaba hablar con los propios diseñadores y sus equipos.
En Roberto Verino pudimos ver a un grupo de compradores rusos. No sorprende puesto que el producto de la marca puede tener mucha salida allí, sobre todo sus propuestas de otoño-invierno. La colección urbana y arriesgada de Etxeberria, que se inspiró en esta ocasión en el Gernika, atrajo a compradores asiáticos, es más, por lo que dicen a uno de los compradores más potentes de Asia, público donde la colección puede ser todo un éxito y ojalá sea así porque el ejemplo de Roberto es el ejemplo del futuro de la moda española, como me dijo su equipo, hacen colecciones de primavera y otoño, un producto más fácil de vender. Juanjo Oliva elige el modelo de ferias internacionales para celebrar su aniversario e intentar vender una colección que no solo toca la noche. Desde Victorio&Lucchino, José Victor nos dice: "presentamos las colecciones con nuestros representantes de cada licencia, vemos dónde venden nuestro producto e invitamos a clientes con venta segura".
Aunque hay casos que puedan aferrarnos al último suspiro de un sector que agoniza, digno de recalcar es el proyecto de Ebay con 25 jóvenes diseñadores, en general la situación es para hacer borrón y cuenta nueva, pero es que aún así no sé si podría confiar en que algún día seamos algo en la industria (que no en la moda).
Los números mandan, y aquí perdemos la batalla. El titular de Eugenia de la Torriente no puede ser más acertado, una pasarela que necesita reformularse y buscar en la nueva fórmula la clave del éxito. Que nuestra pasarela la encabece Mercedes Benz no nos hace, ni de lejos, equipararnos a Nueva York, que nos guste la pizza italiana y que Mariano Di Vaio haya veraneado en Tarifa no nos acerca a Milán y que Vicky Martín Berrocal haya reinterpretado a Minnie Mouse no nos sitúa en París.
Vivimos con las ganas, pero de ganas no se come...
¿Qué estamos haciendo mal? Este es un debate manido que llevamos planteando muchos años pero por mucho que debatimos, la solución parece una utopía. Busqué mucho más allá de los compradores "acreditados" por la cúpula, como los bloggers (donde he tenido la oportunidad de ser invitado), y además de estos, en la pasarela madrileña cada firma invita a sus compradores potenciales tarea que trabaja su director comercial. Tocaba hablar con los propios diseñadores y sus equipos.
En Roberto Verino pudimos ver a un grupo de compradores rusos. No sorprende puesto que el producto de la marca puede tener mucha salida allí, sobre todo sus propuestas de otoño-invierno. La colección urbana y arriesgada de Etxeberria, que se inspiró en esta ocasión en el Gernika, atrajo a compradores asiáticos, es más, por lo que dicen a uno de los compradores más potentes de Asia, público donde la colección puede ser todo un éxito y ojalá sea así porque el ejemplo de Roberto es el ejemplo del futuro de la moda española, como me dijo su equipo, hacen colecciones de primavera y otoño, un producto más fácil de vender. Juanjo Oliva elige el modelo de ferias internacionales para celebrar su aniversario e intentar vender una colección que no solo toca la noche. Desde Victorio&Lucchino, José Victor nos dice: "presentamos las colecciones con nuestros representantes de cada licencia, vemos dónde venden nuestro producto e invitamos a clientes con venta segura".
Aunque hay casos que puedan aferrarnos al último suspiro de un sector que agoniza, digno de recalcar es el proyecto de Ebay con 25 jóvenes diseñadores, en general la situación es para hacer borrón y cuenta nueva, pero es que aún así no sé si podría confiar en que algún día seamos algo en la industria (que no en la moda).
Los números mandan, y aquí perdemos la batalla. El titular de Eugenia de la Torriente no puede ser más acertado, una pasarela que necesita reformularse y buscar en la nueva fórmula la clave del éxito. Que nuestra pasarela la encabece Mercedes Benz no nos hace, ni de lejos, equipararnos a Nueva York, que nos guste la pizza italiana y que Mariano Di Vaio haya veraneado en Tarifa no nos acerca a Milán y que Vicky Martín Berrocal haya reinterpretado a Minnie Mouse no nos sitúa en París.
Vivimos con las ganas, pero de ganas no se come...